Los baches en Guayaquil están que juegan al pepo, los que transitamos por el norte, centro y sur de la ciudad caemos en grandes cráteres que causan graves daños en los vehículos que son vulnerables ya que los amortiguadores y tren delantero del carro se destruyen causando un problema no solo en su automotor si no en el bolsillo de los ciudadanos que nos movilizamos a diario.
Que nos contesta el municipio que se hace muy raro y nos llama mucho la atención que exista tantos huecos sin arreglar y si le ponen algo de asfalto se disuelve con el sol y la lluvia como si se tratara de capas de plastilina y no de material asfaltico tipo lamida de gato. Culmino pensando que Guayaquil tiene un apodo desde ahora, para mí lo podríamos llamar cara de piña por los huecos y protuberancias que deterioran los vehículos livianos.
Gavilán Datero
Si las calles duraran el tiempo debido no habrìa negocio ni revuelo con los contratos. Preguntenle a Lapentti.
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