Día a día se receptan denuncias en la PJ por parte de la comunidad sobre los avivatos que se adueñan de lo ajeno, inescrupulosos violadores, secuestradores, y demás delincuentes que se aprovechan de los ciudadanos que utilizamos el servicio público, uno de los mayores riesgos que corren quienes no tienen auto propio.
Quien no ha sido víctima de los abusivos pseudo-comerciantes ambulantes, o inclusive accedido a regalarles una monedita a “los pobres hombres” (descarados sinvergüenzas) que recién salen de prisión y necesitan una ayudita voluntaria y no obligarnos por medio del asalto, pero con la cara de angelitos que tienen uno accede antes de que nos despojen de nuestras pertenencias. También debemos recordar que algún día nos hemos topado con padres de familias que solicitan ayuda para algún ser querido que ha sido internado o necesita de emergencia dinero para alguna enfermedad, actividad que realizan durante años con recetas falsificadas. Esto es si tenemos suerte de no ser víctimas de los delincuentes con arma corto punzante que amedrantan a los pasajeros en busca de dinero y celulares. Riesgos que se corren al subir a un colectivo.

Ya no podemos confiar en algunos de los taxis (amarillos o piratas) que en los últimos meses se ha incrementado el secuestro express, robo agravado en complicidad de delincuentes. Con la excusa de acortar camino por el tráfico depravados choferes se aprovechan de su pasajero para dar rienda suelta a violaciones y asaltos dejándolos acto seguido abandonados.
Cabe recalcar que también existen profesionales del volante honestos que trabajan legalmente en sus autos sin hacerle daño a nadie.
Pero de igual manera nos queda como interrogante: ¿Qué debemos hacer para estar más seguros? No todos tenemos el dinero para transportarnos en auto propio, en su mayoría ni siquiera para movilizarse en taxi, no es posible que personas inescrupulosas delincuentes mal vivientes se sigan apoderando de lo que con esfuerzo nos ganamos trabajando. ¿En manos de quién está la solución? ¿Debemos acaso hacer justicia por mano propia como los indígenas?
A mi como a muchos nos ha pasado algunas o todas de las cosas mencionadas he llegado a sentir pena al ver a los supuestos familiares de personas enfermas muchos ya con un cancer o enfermedad terminal que despues de unos meses o hasta años siguen contando la misma historia y ahi es cuando nos vemos burlados y estafados y para ese tipo de robo ya que es lo que es no hay pena ni castigo
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